El bullying no es nada nuevo, aunque quizá lo sea la notoria atención mediática que recibe actualmente. Paula Sibilia explica cómo ha pasado de un «efecto colateral de la convivencia escolar» a una seria amenaza, y como este cambio se basa en el reemplazo de la culpa por la vergüenza como mecanismo de control social. No solo eso, sino que la degradación de la interioridad promovida por la tecnología y la glorificación de la propia imagen ayudan a perpetuarlo.

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