Este fin de semana hemos iniciado una nueva Acreditación en el Modelo de Transformación Relacional del Instituto, liderada por Joan Quintana, en la que he tenido el placer y honor de participar.

Un grupo de ocho personas que han reconectado con su traza relacional y con algunos de los momentos vitales que la configuran.

Esto va de amor, decía una de esas ocho personas al poco de iniciar el programa.

No es el tiempo que compartimos con una persona, ni los días, meses o años. No es lo que tiene ni lo que es. Es, sencillamente lo que compartimos. Las emociones que nos hace sentir y como atraviesan nuestro corazón para siempre.

Son las sensaciones que nos recorren desde la piel hasta el alma, con tan sólo una mirada. Son las poderosas palabras que se quedan a vivir en la comisura de nuestra sonrisa. No es el tiempo lo que marca el cruce de algunas personas a lo largo de nuestra vida. Es el amor.

Vivimos en un mundo mágico pero no siempre nos damos cuenta. Poco importa si te cuentan que el destino es un lugar vacío y sin sentido, también es un desierto lleno de esperanza y aunque a veces esté cubierto de polvo, si te fijas bien y observas con los ojos del alma, verás como sobrevuelan tantas luces como estés dispuesto a sostener entre tus brazos.

Después suelta las riendas del corazón al aire y deja que siga tu viaje, al igual que cada una de las personas que con sus experiencias cruzarán tu vida, ellas deberán seguir el suyo. Que las historias que nos toca vivir sean a veces complejas y nos arrastren, no significa que no merezcan ser vividas. Da ese paso sin miedo y sigue adelante, no siempre es necesario y sano mirar atrás.

Respira y continúa el viaje porque lo mejor no es que esté venir, es que lo mejor está pasando.

Dicen que lo que está escrito para ti, tarde o temprano llega a tu vida. Hay personas que conocerás en forma de bendición o de lección, pero todas traen consigo un valioso regalo y por duro y difícil que parezca, cada experiencia que vivimos nos convierte en aquello que anhelamos ser. Es mejor tener una vida llena de equivocaciones, que un corazón lleno de arrepentimientos.

Elijas lo que elijas, escoge siempre el lado de la vida donde habita la alegría. Inténtalo tantas veces como sea necesario y si te equívocas, toma el tiempo que necesite tu corazón para entender, pero para entenderte a ti, no a los demás, porque en realidad jamás llegarás a conocerlos del todo. Y ellos, los demás, nunca serán responsables de tu propia felicidad o de los sueños y propósitos que deseas alcanzar.

Así que mejor vive tu vida y rodéate de personas que te amen y en vez de tapar con tiritas las heridas, mejor que sea el aire que las cure y las envuelva lo necesario para que la cicatriz te permita vivir feliz, aunque te recuerde que una vez, en algún lugar de tu vida, tuviste esa experiencia dolorosa.

Elijas lo que elijas, escoge siempre el lado donde estás tú. Incluso cuando te equivoques, seguirá siendo tu vida. No existen soles que te garanticen que no tendrás días nublados y algunos difíciles, pero siempre puedes encender tantas estrellas como sea necesario.

Deja lo mejor de ti en cada una de las personas que cruzan tu vida. Conoce mundo, pero sobre todo trata de reconocer el mundo interior de las personas que te brindan su tiempo, su amistad y su amor. Es lo más fascinante.

Por ello,

Muchas gracias a cada un@ de vosotr@s por querer compartir esos momentos tan especiales con nosotros.

¡Gracias por ser y estar, por permitirnos estar y un fuerte abrazo!

Gemma Segura Virella


 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia como usuari@. Si deseas más información, puedes leer nuestra política de privacidad. ¿Aceptas su uso?

ACEPTAR
Aviso de cookies