Fortalezas y vulnerabilidad, lo que tengo y lo que me falta, lo completo y lo incompleto, lo que fluye y lo que tensiona.

Esta dualidad es el motor de nuestra existencia y su oscilación nos hace avanzar. Es esencial saber reconocer las dos partes, negar una de ellas distorsiona la realidad y nos puede hacer verdugos o víctimas de los otros y de las situaciones que nosotros mismos generamos.

Desde nuestra infancia buscamos ser reconocidos, primero por nuestros padres, posteriormente por los compañeros. Adaptamos nuestras formas de relación para que los otros nos vean y nos consideren.

Pero con el paso del tiempo constatamos que este es un objetivo difícil de alcanzar, ya que tendemos a ver y resaltar lo que nos falta y aparecen los “no puedo”, “no sé”, “me falta algo” y nos va cerrando puertas para relacionarnos con los otros.

Las relaciones poderosas las podemos ir articulando desde tres ejes:

  1. Reconocer y reconocernos por nuestra capacidad de hacer y construir.
  2. Reconocer nuestra parte vulnerable.
  3. Aceptar la presencia de la  fortaleza y la vulnerabilidad en cada acto de relación.

Hay que convivir con las dos partes, la fortaleza y la vulnerabilidad, y desde la aceptación de los dos polos establecer con los otros relaciones poderosas desde la complementariedad,  la gratitud y el convencimiento de que juntos podemos crear.

La vulnerabilidad nos permite avanzar y mejorar, aceptar nuestra vulnerabilidad  e imperfección es el paso necesario para librarnos del “sé perfecto” y quedarnos en el “sé y haz” y mejorar en lo que queramos para estar con el otro desde nuestro poder y compartirlo.

Responder  las preguntas ¿En que soy bueno? ¿Cómo disfruto y en qué momentos me he sentido feliz?, nos marcaran caminos en los que se crearan condiciones para construir relaciones poderosas.

Evocar en qué momentos uno se ha sentido satisfecho es un acto de reafirmación que uno puede ser uno mismo y que puede construir lo que desea y lo puede hacer con otros.

Para construir relaciones poderosas hay que hacerlo desde las capacidades que nos dan seguridad y nos confirman que somos seres libres y que tenemos el derecho de disfrutar y de sentirnos y hacer felices a los otros.

Repetir las condiciones que hicieron que ocurriese ese momento pleno es el objetivo y el propósito es compartirlo con nuestras Personas de Valor.

¿Cuáles son mis Personas de Valor?

Convivimos en redes de relación, familia, amigos, trabajo y en ellas compartimos con personas en quién confiamos, con las que sentimos una cercanía confortable, que nos reafirman en lo que destacamos y en lo que podemos mejorar, que su presencia nos hace creíbles y nosotros les damos el poder de la credibilidad.

Visualizar nuestra red de personas de valor, comunicarles lo importante que son para nosotros e incorporarlos como maestros amigos que nos indican cómo ir ajustando nuestra manera de relacionarnos con las situaciones y personas es un aprendizaje necesario para poder mantener relaciones saludables y poderosas.

¿Cómo construir relaciones poderosas?

Ideas del libro RELACIONES PODEROSAS  de Joan Quintana y Arnoldo Cisternas en edición . Editorial Kairós 2014. 

0 comentarios

  1. Mha agradat Joan. La vulnerabilitat…una gran conquesta! i com aprofitar les relacions amb les persones de valor per millorar, coneixens millor, i viure amb honestitat, transparencia…en PAU.

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